22 de Noviembre del 2024 | |
Islandia | |
Century Media | |
Progressive Metal |
01. Eldhaf
02. Múr
03. Frelsari
04. Vitrun
05. Messa
06. Heimsslit
07. Holskefla
Múr es una banda que la estuve escuchando algunas semanas dentro del reproductor, y eso fue debido a que esta banda automáticamente tuvo un contrato directo con Century Media, lo cual auguraba buenas cosas dentro de lo que se tiene que esperar en la música. Entonces, esta banda islandesa empieza sus operaciones en el 2018 y poco o nada avanzaron de ese momento, por lo que el secreto de este primer álbum homónimo capturo mi atención, porque, aunque muchos le digan que esto es Post Metal, pues la banda no tiene ni un poco de ese estilo y esta fuertemente influenciado por los suecos de Opeth en los 54 minutos que tiene su música. Entonces, ¿Qué más encontraremos en este disco?... Pues veamos.
Es curioso que cuando estas escuchando una banda durante casi todo un mes, como fue el caso de Opeth por su último disco y regresar en el tiempo con discos como “Blackwater Park” (2001), “Still Life” (1999) o “Ghost Reveries” (2005), y más discos; te encuentras con discos como el de los islandeses de Múr y este homónimo, porque este primer álbum esta fuertemente influenciado por el camino de los suecos, y obvio que dentro de ese camino hay cosas que resaltan como parte de su propia exploración, porque la banda al usar el concepto de progresivo tiene el libre albedrio para caminar por donde se le antoje, porque irse por los lados más rudos del metal, por los lados intrínsecos, o los más electrónicos e industriales, y al final una dosis alta de Progressive Metal de alta envergadura en muchos sentidos. Porque puedes caminar por donde desees. Entonces, el camino de estos islandeses tiene muchos sabores y colores que pueden nutrir su desarrollo a futuro, y lo único pésimo dentro de todo es la portada del disco que no te dice nada, y lo puedes dejar pasar, porque en este caso, y para la música, si debió tener un lado más explorativo a nivel general para motivar al oyente como era antes y te animabas solo por la portada.
Desde que todo empieza con “Eldhaf” y termina con “Holskefla”, esto es el claro ejemplo dentro de la critica que se tuvo del “Blackwater Park” (2001) de Opeth, porque los 54 minutos son un tributo tremendo a los suecos en muchos sentidos, y aunque algunos digan de mejores ejecuciones o mejor producción, pues si, pero el molde ya existe y tiene corazón sueco. Es más, la voz de Kári Haraldsson quiere llegar a lo que hizo Mikael hace muchos años atrás en su lado gutural, y al mismo tiempo hacer los cambios con lados limpios y con voces más exasperantes que se logran en estudio como gritos y demás repercusiones dentro de películas de terror. La batería como siempre tiene una alta dosis de técnica, porque el estilo lo demanda, las guitarras son las encargadas de llevarlos por muchos lados extremos, rock y metal, por lo que acá es donde la música se diversifica bastante, pero lo que hace distinto a esta banda en comparación de los suecos y le da su poca personalidad es la idea de los teclados y sintetizadores, que no tiene en el mismo sentido limpio de los suecos, sino que tiene un estilo mucho más industrial y puede cruzarse con pequeñas influencias noruegas y finlandesas como Oranssi Pazuzu, Tidfall y Thorns, siendo ese el punto de quiebre de todo el disco.
“Múr” es un disco que empieza con buen porte la carrera de estos islandeses, y hay cosas que mejorar, pero van muy bien canalizados a mejores para una siguiente producción. Buen inicio.
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