12 de Junio del 1985 | |
Estados Unidos | |
Combat Records | |
Technical Thrash Metal |
Cuando hablamos de Megadeth, inmediatamente a todos se les viene a la cabeza los problemas que tuvo con Metallica y luego discos como “Peace Sells... But Who's Buying?” (1986), “Rust in Peace” (1990), “Countdown to Extinction” (1992), “Youthanasia” (1994) y muchos más. E inclusive muchas personas en nuestra lengua no le dan el crédito de ser la primera banda de Technical Thrash Metal del mundo, porque antes de ellos no había nadie que hizo este estilo como ellos lo hicieron. Luego, otra idea que tiene la prensa estadounidense y hasta el día de hoy se explota con mucha morbosidad, es sobre sus ideas personales de Mustaine antes y después de que era drogadicto y ahora es cristiano. Cosas que al final no interesan, porque uno es fanático de la música y no de que haya hecho en determinados años o haya dejado de hacer o siga haciendo, porque el detalle por el cual debe ser reconocido e inclusive mucho más que su paso por Metallica, es haber creado un disco como “Killing Is My Business... and Business Is Good!” (1985). Un álbum que dijo el futuro de muchas bandas de Technical de los 80s, 90s, 2000s y para siempre, porque sin ese disco jamás se hubiera conocido ese estilo, pero dentro de comentarios de conocidos y muchos fanáticos solo miran del segundo para adelante y nada más, olvidándose del tremendo trabajo de Mustaine, Poland, Samuelson en este primer álbum, porque crearon una nueva corriente mundial de jazz, blues y más.
“Last Rites” fue una demostración que dijo esto es Megadeth y esto es lo que somos capaces de hacer con nuestra música, por ello Combat Records no dudo ningún segundo en editar este primer disco en vinilo y otras versiones. Porque recordemos que Combat Records en los 80s era un sello imponente y pesado en el mundo, y tuvo grandes nombres en sus ediciones, así que llegar de primera instancia a este sello, era tener todas las alternativas del mundo y que mejor presentando el primer álbum de Technical Thrash Metal de todos los tiempos, donde el trabajo de Chris Poland es una monstruosidad sin más, que manera de tocar en cada canción. La batería de Gar Samuelson era acelerada, técnica y potente cuando este decidía ir por los dobles pedales, entonces el trabajo de Mustaine fue juntar a todos estos fenómenos en sus instrumentos y hacer posible el disco más importante de los 80s a nivel general en su rama musical, y aunque aquellos años sus vidas eran un desastre, el potencial de este disco hasta el día de hoy es una monstruosidad que tiene su personalidad inigualable, y como siempre Mustaine con sus letras anti todo, políticas, religión, social, economía… Un renegado adolescente en todo sentido y siempre con el talento para hacer Thrash Metal super técnico, porque ese fue el primer concepto que dio a conocer, que quería hacer la música más técnica del mundo y lo hizo en su esencia más aguerrida.
Desde que todo empieza con “Last Rites / Loved to Death” y “Mechanix”, todo es una demostración inmensa de brutalidad técnica, partes jazz, blues, ritmos que no llegaban a ser progres como con sus compatriotas de Watchtower, porque el talento de este disco era que todo podía llegar a ser más técnico y talentoso, pero tenia esa esencia aguerrida, rompe catres y patea traseros. Que te impacta desde el primer segundo, no te deja tregua y en canciones como “Looking Down the Cross” ya ibas a escuchar esos ritmos que hizo grande a Megadeth luego en discos mencionados en el primer párrafo. Y aunque su manera de cantar era pésima en su momento y lo sigue siendo, no importaba, porque le daba personalidad y tenias una banda feroz y técnica en cada segundo, los solos y escalas de Poland eran impresionantes y no era un disco difícil de entender, siendo ese el verdadero talento de la banda para encontrar esa idea ganchera y técnica que podía sobrevivir en el tiempo. Y aunque haya personas que se incomoden con la idea de ser el primer disco de un estilo, por la grabación y sonido de los audios, pues ahora se tiene versiones remasterizadas que no arruinaron el contenido, sino lo hicieron más imponente.
“Killing Is My Business... and Business Is Good!” (1985) de Megadeth destapo mucho oídos en su momento, no era común y es una lastima que ni el más acérrimo fanático de la banda lo tenga como disco importante en su carrera y se centre en otros discos de mayor amplitud mainstream, porque este disco predijo el futuro en muchos sentidos y creo una nueva ola de bandas que hasta el día de hoy siguen su ejemplo en este disco, porque no volvió a tener este tipo de tecnicidad en otros discos, y acá se siente con muchas ganas la fuerza y ferocidad que tuvo de adolescente. Un disco que siempre pasa bajo del perfil de esta banda ultra conocida, pero que debería ser más importante que muchos otros discos de la banda. Un clásico en el tiempo y en la historia.