25 de Octubre del 2024 | |
Estados Unidos | |
Sepulchral Voice Records | |
Black Metal, Death Metal, War Metal |
01. Spleen Girt With Serpent
02. Trodden Flesh
03. Ruinous Paths...
04. ...to Babylon
05. Flowers of Gethsemane
Hace apenas unas semanas apareció en escena el segundo trabajo de los estadounidenses Black Curse, una especie de supergrupo compuesto por el guitarrista y vocalista Eli Wendler (Spectral Voice), el también guitarrista Jonathan Campos (Primitive Man) y el batería Zach Coleman (Khemmis). En su momento también estuvo el bajista Morris Kolontyrsky, de Blood Incantation, ahora reemplazado en los directos por Ephemeral Domignostika (Spirit Possession, Ulthar).
La banda de Denver nos sumerge en un abismo sonoro de proporciones cósmicas con su último trabajo Burning in Celestial Poison, que parece ser una especie de invocación, una catarsis o bien un viaje al corazón de la oscuridad más luminosa. Desde las primeras notas, y a traves de un black/death metal asfixiante, una sensación de opresión y belleza interfieren entre sí, conectándose mediante una atmósfera densa como la niebla más tétrica. Muchos de los pasajes oscilan entre la melancolía celestial y la furia infernal, con riffs tortuosos y pesados como losas de granito. Por su parte, la batería es como un martillo implacable que golpea con precisión quirúrgica, mientras que las voces extremas de Wendler desgarran la garganta, transmitiendo una desesperación totalmente visceral. Las líneas de bajo, aunque a menudo ahogadas en el frenesí instrumental, aportan una densidad que convierte cada instante en una masa tormentosa de sonidos.
Desde el primer segundo, el disco se presenta como una descarga de disonancias y caos a través de un sonido crudo y casi primitivo, apoyado en constantes blast beats y patrones rítmicos que refuerzan la sensación de estar atrapado en una espiral infernal. Es un disco que exige ser escuchado con atención, pues invita a perderse en sus texturas y matices durante un buen tiempo. Por otra parte, las letras están envueltas en un halo de misticismo y nihilismo, transportándote a un universo paralelo donde la luz y la oscuridad se confunden. La banda cuestiona nuestra propia existencia y quiere enfrentarnos a nuestros miedos más profundos. Sí, parece una temática muy manida ya, pero lo cierto es que le va como anillo al dedo a la instrumentación y a lo que pretenden provocar.
Solamente cuenta con cinco composiciones, con tres de ellas superando los diez minutos de duración. Casualmente, “Spleen Girt With Serpent”, “Trodden Flesh” y “Flowers of Gethsemane”, resultan ser las más completas y atrevidas, poniendo en práctica todo lo descrito con una ferocidad sin igual.
Puede que haya personas acostumbradas al metal extremo, pero aquí nos vamos hacia niveles muy poco melódicos y nada amables. No quieren dejarte respirar y las voces tampoco pretenden ofrecer líneas que resulten ser más o menos pegadizas, sino todo lo contrario. Por eso, aviso a navegantes, el cometido de Black Curse es llevarte por terrenos como el desasosiego y la desesperanza a través de una producción tosca y con atmósferas lúgubres. No hay ningún adorno que sugiera otra cosa, y eso has de tenerlo en cuenta a la hora de escuchar este álbum.
Páginas oficiales: