11 de Agosto del 2023 | |
Australia | |
Prosthetic Records |
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Death Metal, Black Metal |
Para muchos, tener discos continuos es pesado o tener álbumes anuales es complicado de entender, porque esta digiriendo recién la anterior producción, y en el caso de los australianos de Werewolves, se tienen con este “My Enemies Look and Sound like Me” su cuarto álbum sin parar desde el 2020 y con aquel tremendo “The Dead Are Screaming” (2020), donde hasta el día de hoy me pregunto, porque existe la terquedad de muchas personas de colocar a esta banda como Technical, si dentro de 30 minutos de duración lo único técnico que encontrarás es el nivel de producción en estudio que la banda tiene para cada álbum. Pero más allá de eso esto es Death Metal con muchas fricciones Blackers. Entonces ¿Qué es lo que encontraremos después de un año de su anterior álbum?... Pues veamos.
Hablando un poco de los integrantes de la banda, Werewolves es una banda que tiene tres nombres pesados a nivel australiano, porque están David Haley en la batería, quien es el mayor soporte para bandas reconocidas allá en Australia, luego se tiene a Matt Wilcock en las guitarras, que esta detrás de bandas de peso en su país y comparte composiciones con los exquisitos músicos de Akercocke, y finalmente Sam Bean en el bajo y voz, que tiene el mismo peso en su país y fuera de este. Ósea, la música de esta banda es imposible que salga mala o tenga carencias de algo, porque es música extrema de fuentes deathers y blackers bien ejecutadas, y esta vez “My Enemies Look and Sound like Me” en poco más de 36 minutos, demuestra potencia y velocidad frenética aglomerada con riffs gélidos de por medio, pero esta vez en canciones como la homónima existen influencias de Slayer en un sentido y de ahí por segundos comienzan a tener ideas técnicas en los efectos limpios para conectarse con toda la masa extrema que esta banda hace mejor. Solo material directo a la vena de quienes solo queremos masas fuertes; desde ahí el lado visual con el de Mitchell Nolte me hizo acordar a mucho a murales barrocos de iglesias cristianos de las alturas de mi país, donde el fuego es el principal elemento para el sufrimiento y para entrar a las fauces del odio.
Desde que todo empieza con “Under the Ground” y todo termina con “Do Not Hold Me Back”, esto siempre será una maquina salvaje de música frenética y para personas frenéticas, porque acá no hay cambios pronunciados, masas técnicas y limpias, o partes de teclados o ideas experimentales, pues no. Esto es una masa rabiosa de metal extremo que solo necesitaba ser grabada, y dada a la experiencia de sus músicos y conectando ideas de sus otros proyectos, esta banda aparece con la idea de solo hacer música brutal y acelerada, donde no hay que esperar nada o esperar cosas pomposas, solo hacerte uno con la masa brutal de los 36 minutos. Luego un detalle interesante dentro de la homónima es que la banda comienza a bajar algunas revoluciones en las composiciones, y también eso se encuentra en “Destroyer of Worlds”, donde nuevamente Slayer es su principal elemento influenciador, luego de esas dos canciones. La banda, sigue su modo tren bala activado y solo te machaca el cerebro cada vez que puede, sin tener miedo al que pasará después o que pensará. Solo esa masa de ritmos brutales, donde quizá sea mi percepción, pero en “I Knew Nothing Then and I Know Less Now” y “Do Not Hold Me Back” la idea de producción decae fuertemente y ya no siente esa maquina de mucha ganancia, sino una maquina un poco más orgánica en su mezcla.
“My Enemies Look and Sound like Me” de Werewolves es otro trallazo inmenso de la banda, no cambia o decepciona, solo es una masa extrema de música brutal que entra a tu cerebro para demolerlo, así de simple.
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