04 de Noviembre del 2022 | |
Estados Unidos | |
AvantGarde Music, Unorthodox Emanations | |
Death Metal |
Cuando me llego la información de Tiwanaku, lo primero que me llamo la atención fue que la banda tuvo su creación en los 90s. Porque Emo Mowery, bajista Nocturnus la formo cuando se retiro de la banda en 1993, pero no vio la luz con su formación oficial hasta el 2003, pero luego de eso tuvo una bajada compositiva y solo presentó una demostración en ese año, y no logro materializar el proyecto con un disco de larga duración. Lo otro a tomar en cuenta, es el nombre de la banda, porque viene de una cultura prehispánica en el lado altiplánico de Sudamérica, para ser más exactos en Bolivia. Y lo curioso del nombre, es que no tiene el nombre expansivo o conocido en libros, sino el correcto en la lengua de esa cultura. Entonces, “Earth Base One” después de 19 años es su primera larga duración. ¿Será un disco a tomar en cuenta?... Pues veamos.
Como primer detalle, esta banda no tiene ninguna relación musical con Noctunus, son cosas muy distintas, y segundo, la banda no tiene ningún ritmo folclórico o ancestral, pagano o no se que más detalles se inventan los críticos niñatos. Y como última idea, no se quien fue o les puso, pero la banda de progresivo no tiene nada, esto es Death Metal y con detalles de teclados de por medio, pero ninguna escala es progresiva o técnica abusiva, como la primera banda de Emo. Entonces, este “Earth Base One” es un disco interesante de escuchar y ver, porque en la portada tiene simbología e iconografía de la cultura Tiwanaku, y su música es directa y sencilla de escuchar a nivel general. Porque es Death Metal que quiere tener una personalidad a nivel general desde que todo empieza con “Visitor from Titan” y termina con “Interdimensional”, siendo esta última canción, la que tiene más detalles sinfónicos en todo el disco y una voz Heavy Metal que le da otro enfoque a toda la canción, porque le sacan las distorsiones Death Metal y tienen algo mucho más melodioso.
“Earth Base One” de Tiwanaku es un disco correcto dentro del estilo musical, que acuña los teclados como parte de su personalidad, y al mismo tiempo le da un tufo Doom Metal como en la última canción, de muchas vertientes de Heavy Metal épico al estilo de Candlemass. Buen empiezo. Solo espero que algún lorcho crítico no les ponga progresivo o folk progresivo por el nombre y por la vieja banda de Emo.
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