12 de Octubre del 2004 | |
Uruguay | |
Extreme Zone Records | |
Death Metal |
01. Return to Dunwich (Howard Phillips Lovecraft Tribute)
02. To Conquest... (The Earth With Fire)
03. Sexmagik Spell
04. Rising Kingdom
05. Rebellion Hymns
06. Kill Your God
07. Pentagram (Possessed cover)
08. Martyrs of a New Dawn
09. Silence Means Gold
Como se dijo muchas veces en muchas críticas, muchas de las bandas latinas no tuvieron la suerte de presentar su material en su momento, por recursos económicos y otros factore más. Y algunos de los países de este lado del mundo, no tuvieron una escena solida a nivel latino. Entonces, este caso nos trae de nuevo a la olvidaba Uruguay y su escena metalera, la cual no llega a tener más de 300 bandas en su haber, y muchas de ellas están inactivas, otras desaparecidas y otras que aparecen cada cierto tiempo en su escena. Entonces, es lógico que Ossuary¸ quienes nacieron en 1992, tuvieran que esperar más de 10 años para ver su primer álbum editado, llamado “Silence Means Gold” (2004). Pero antes de ese único y primer álbum, la banda tiene un compilatorio de su epoca antigua bajo el nombre de “Black Winds of Conspiracy” (2003), con el cual pudo llegar a muchos medios, y en ese sentido de promoción de ese compilatorio, dentro de una revista latina aparecieron como recomendación de crítica con ese disco y luego con su primer álbum, pero como en el caso de muchas criticas de esa revista, no decía nada y solo mencionaban que eran de Uruguay y eran una banda vieja, y solo estaban ahí porque le enviaron el material, porque sino las cosas estaban desaparecidas en su mundo. Pero a buena hora esa persona lo estaba vendiendo el primer álbum, porque no le interesaba y no era un disco importante para él, y ni corto ni perezoso se lo compre, porque tenia algo que muchas otras bandas no tenían, y su precio fue realmente módico.
Ossuary tiene una tremenda personalidad en este único álbum llamado Silence Means Gold” (2004), donde la banda demuestra que pertenecen a la vieja guardia del metal y a nivel latino, todo bien hecho y con esa idea que solo podías escuchar en su música. Donde las cosas son directas, Death Metal crudo y salvaje, y con ese sabor latino que se exportaba de esa parte del mundo desde los 80s. Además de mencionar que la banda estuvo inactiva en muchos periodos de tiempo, pero siempre sacando material cuando ellos podían y con las limitaciones que los 90s tenían en su momento en latinoamerica. Pero la banda estuvo activa hasta uno años después del lanzamiento de este primer álbum, y luego desaparecieron completamente de la faz de la tierra, y por ahí leí que la banda tuvo una reunión en el 2017, pero no fue nada confirmada, solo una idea de tocar y presentarse por estar de paso, más no como algo concreto. Lo cual es muy extraño, porque todo el disco en sus 39 minutos demuestran una fortaleza única, siendo realmente una pena que ellos no tuvieran una repercusión en esta parte del mundo, porque el disco tiene mucho que ofrecer y una personalidad que hoy en día es cada vez más difícil de encontrar.
Desde que todo empieza con “Return to Dunwich (Howard Phillips Lovecraft Tribute)” y termina con “Silence Means Gold”, la batería es salvaje y brutal, y con ese detalle extra que le pusieron al bombo, se siente en todo sentido muy nocivo y con ganas de patearte el cerebro. Luego las voces internas y externas son geniales, porque dentro de esta idea reducida en su música, le dan el sabor esperado a su música de fuertes sensaciones y todo con bastante poder. El bajo esta oculto y no presenta nada interesante, solo seguir lo que las dos guitarras lograron, quienes esta vez tanto como Sebba y Marcelo son las estrellas del álbum, porque tienen muchas influencias de muchos estilos, donde encuentras Slayer en sus solos, Death Metal en otros lados, partes corrosivas del Thrash Metal clásico, pero que no afectan su camino a nivel general para tener una masa inmensa en su música, y en canciones como “Rebellion Hymns” te das cuenta que el contrapunto de ambos guitarristas es encontrar una idea neoclásica en muchos sentidos y hasta heavies, que te recuerdan a los solos de Hanneman. Luego en canciones como “Kill Your God” la idea es más brutal, y aunque se sienta un poco la producción en estudio, la idea de hacer las cosas avasalladoras, cumple con excelente satisfacción, y el trabajo de Sebastián en los parches demuestra ser una bestia de disco.
“Silence Means Gold” de Ossuary es una monstruosidad en todo sentido, un disco violento, salvaje, brutal en determinados instantes y con mucha personalidad. Un disco que todo amante del metal extremo debe de tener en su colección, lastima que la banda no presentará más cosas.