11 de Agosto del 2023 | |
Canadá | |
Nuclear Blast Records | |
Melodic Death Metal |
En una última conversación que tuve con Maurizio, y a la vez que hizo el Ranking dentro de Metallerium, hablamos de los discos de la banda y de cómo muchas personas dicen que toda la discografía de Kataklysm es idéntica entre sí y no hay cambios entre discos, pero eso es mentira, porque para los más curiosos dentro del metal y especialmente dentro del Melodic Death Metal que la banda pregona a su manera, la banda tiene era musicales que son reconocibles para cualquier oído que sabe de Death Metal, pero si te quedaste en solo bandas del 90 al 92, pues es poco probable que encuentres otra cosa que no hayas encontrado en “Sorcery” (1995) o “Epic (The Poetry of War)” (2001), y más. Así que te diré, no continúes leyendo, porque todo lo que vendrá irá contra tus creencias mal direccionadas, porque ahora con “Goliath”, su 15vo disco en estudio, la banda mezcla influencias de su tremendo antecesor “Unconquered” (2020) y se mezcla con algunos otros condimentos de discos pasados. Entonces, ¿Qué es lo que tendremos acá?... Pues veamos.
Hablando de un poco de historia de la banda, los que conocen sus álbumes, saben que hay facetas claras y reconocibles dentro de su música en sus primeros discos influenciados por Cryptopsy, luego su entrada a una zona mucho más groove y acelerada, luego tener melodic death metal al mismo estilo de bandas suecas, luego un pequeño decaimiento de ritmos en 3 álbumes, y finalmente su nuevo resurgimiento de del 2020, donde el uso de una guitarra de 7 cuerdas hizo que le pusiera ese sonido djent de manera impensada en su música, y lo digo porque cuando hable con Maurizio en el lanzamiento de aquel álbum, me comento que no fue pensando y solo se dieron las cosas. Y eso es lo mejor de todo, porque cuando no piensas como vas a avanzar, pero aparece un elemento que se fusiona muy bien con tu corazón de discos como “Shadows & Dust” (2002), “Serenity in Fire” (2004) o “In the Arms of Devastation” (2006), entonces te da la alternativa de poder seguir creando más y seguir expandiendo tus horizontes sin necesidad de cambiar al 100% tu legado, que por cierto, es normal que existe después de 6 a 7 discos, y Kataklysm con “Goliath” tienes 15 discos, ósea es normal que tenga muchos elementos de todo su pasado y pueda exprimir una vez su pepita de oro descubierta hace 3 años, y esta vez tener un impulso más avezado con la portada de Eliran Kantor y tener a James Payne detrás de los parches, quien es un baterista conocido por tocar en bandas mucho más aceleradas como Hour of Penance, Vital Remains.
Desde que todo empieza con “Dark Wings of Deception” y termina con “The Sacrifice for Truth”, la adición de James en los parches fue tremenda, se siente a una banda que pudo retro capturar la esencia de su era más exitosa, pero al mismo tiempo por el tipo de ejecución me hizo recordar discos como “Temple of Knowledge (Kataklysm Part III)” (1996) o “Epic (The Poetry of War)” (2001) en la batería, y eso me voló el cerebro, porque encontraron la manera perfecta de encontrar las ideas de todas sus generaciones y darle un empuje mayor a su música sin necesidad de sonar aburridos o repetitivos o como paso en su época del 2013 al 2018, donde la esencia de la banda se fue por otros lados. Luego ver el tremendo progreso y creatividad que la banda tuvo del 2020 al 2023 para poder tomar elementos y encontrar cosas más perfeccionadas en su música, fueron de lo mejor, especialmente dentro de la guitarra de Jean-François Dagenais, quien sin necesidad de hacer solos de guitarra, tiene esa marca rítmica potente y directa al cerebelo, además de poder volver a escuchar esas ideas groove que siempre tuvo y que en el anterior álbum no habían mucho, pero ahora decidieron apostar por lo conocido de la banda y encontrar un disco que empieza a balancear entre sus generaciones, perfeccionando ideas y mejorando muchas composiciones, para darle un sonido mucho más maduro a su música.
“Goliath” de Kataklysm es un disco que mantiene las cosas en la banda, con ese sabor melódico, recordando esencias viejas en su música y de paso aprovechando las bondades de un instrumento de 7 cuerdas. Por otro lado, hay un anhelo de regresar al pasado inconscientemente en su música, que no es malo, pero que solo apoya a tener un disco que continua buenas ideas y buenos ritmos, más no que sea superior a su antecesor u otros de su pasado. Pero estamos viviendo la era de James Payne, y para mí es volver a escuchar a esa banda solidad de hace más de 20 años, con ese sonido melódica, acelerado y directo al grano.
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