08 de Julio del 2022 | |
Estados Unidos | |
Frontiers Music | |
Rock |
Hablar de Journey, es hablar de unas últimas instituciones gigantes que tiene el Hard Rock hasta nuestros tiempos y desde aquel icónico homónimo de 1975. Y hasta el más extremo y rudo del planeta los escucho en muchas películas, en radios, en casa a amigos, o por así decirlo en donde haya parlantes. Entonces, desarrollar una historia de líneas y líneas, pues es incoherente de hacerlo, porque hasta cuando pones en la palabra Journey en cualquier buscador te sale la banda como primera recomendación y no el significado en español o inglés de la palabra. Así que, si conoces Journey a estas alturas de tu vida metalera, rockera, poppera o lo que sea que tengas en los oídos, pues creo que deberías renunciar a escuchar música y volverte sordo, así de simple. Dicho esto, y como lo dije en bandas de este calibre, solo me ceñiré a lo que pasa en este álbum llamado “Freedom”.
Hablar de la música de la música en este “Freedom” de Journey es una de las cosas que me sorprendió, porque se siente a grandes rasgos que la banda no quiere estancarse con su sonido del ayer y hoy, sino colocarle algunas notas de estos tiempos, pero no como Bon Jovi y su idea descarada de colocarle alternativo a su música, pues no, usar elementos de ese rock progresivo de sus primeros discos que se extendieron hasta “Next” (1977), y luego tomar algunos elementos de su época más rock de masas y colocarle baladas como lo que sucede en “Still Believe In Love” o “Live To Love Again”, pero con eso ambientes pop que sirve para el momento de placer de cualquier pareja de enamorados en su nicho de amor, porque es como escuchar el correcto ambiente suave y parsimonioso, donde la vela y las mantas de seda se mezcla entre la luz de luna para encontrar el placer mutuo y sexual.
Al mismo tiempo las enérgicas de “Togethers We Run”, “You Got the Best of Me”, “Come Away With Me” o “Holdin On” tienen esa idea más moderna en sus ritmos, pero con pasos ancestrales del rock de los 80s o 70s en la música de Journey, y algo que me sorprende es la voz de Arnel Pineda que tiene muchos más matices pop, rock y pueden llegar a más instancias en estas canciones, y que le ayuden con los delays esta fue un poco abusivo, porque su voz llega perfectamente a lo que se tiene en su música y no necesita de efectos. Pero quizá fue decisión de Neal Schon por mantener esa identidad de la banda en su música.
Ahora, el detalle negativo de este “Freedom” es que el álbum alterna mucho entre lo pasivo de sus canciones, y alargan el álbum, y aunque esa fue la una peculiaridad de la banda desde siempre, y el uso de ese recurso esta vez no llega a cumplir con efectividad la música de Journey. Porque si lo comparamos con su antecesor de hace 11 años “Eclipse” (2011), ese disco fue más movido e intenso, y ahora la banda decide aletargar aún más sus clásicos recursos para hacer largo el proceso de escuchar todo el disco y jalar más las canciones o colocar 15 esta vez, y como casi siempre tener una duración de más de una hora, el cual en estos tiempos puede ser perjudicial. Entonces, va a depender mucho de la paciencia que tenga el público, pero eso sí, esto no está dirigido para nuevas generaciones, porque se ve y se siente como un disco extenso.
Termino diciendo que Journey luego de once años con “Freedom”, espero mucho para una siguiente producción, porque estaban más activos desde “Arrival” (2000) y hasta “Eclipse” (2011), y mejor posicionados, donde se pudo encontrar “Generations” (2005). Un álbum contundente y con todas las especias de la banda, pero este 16vo se queda a medio camino muchas veces, pero de a pocos existen pequeños atisbos distintos y que quieren mostrar a la banda en este 2022.
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