Cryptopsy es una banda nacida en 1988 bajo su primer nombre Obsessive Compulsive Disorder, luego en 1992 ellos deciden cambiar de nombre a Necrosis. Con el cual lanzarían 3 demostraciones y un album completo llamado “Realms of Pathogenia” (1991), pero luego de un año y con la entrada de una pieza fundamental en la banda Flo Mounier, la banda cambiaria de nombre a Gomorra por meses, pero no tuvieron mucha actividad con ese nombre y en el mismo año ellos cambiaran su nombre al monstruo que se conoce en todo el mundo como uno de los mayores pilares de la música extrema, brutal y de muchos sabores técnicos y algunos detalles grindcore de por medio. Siendo hasta el día de uno de los pilares más importantes dentro del Brutal Death Metal, Death Metal, Grindcore o todo lo que se extremo hoy en día, porque con más de 30 años de actividad, la influencia de esta banda en muchas agrupaciones modernas es innegable. Por eso, en Metallerium nos enfrascamos en sus 6 producciones de larga duración hasta la fecha, ordenadas de lo peor a mejor.
Vayamos al grano, este disco tiene un nivel superior en comparación de muchas bandas Deathcore de su momento o de la actualidad, porque tener a Flo Mounier detrás de los parches no es cosa de juego, porque desde los 90s siempre fue un baterista innovador y enseño a muchos bateristas de estos tiempos a como hacer las cosas más brutales y aceleradas. Luego la entrada de Matt McGachy es un gran punto a favor, porque a comparación de Lord Worm, este vocalista tiene muchos matices y estilos de guturación. Entonces, todo el disco es un trallazo completo, pero acá existe el dilema, si escuchaste Cryptopsy desde siempre y sabes de su sonido, te darás cuenta que este disco solo en la portada tiene el nombre del monstruo, porque todo lo demás es otra banda y desconoces a la banda, y para una banda de tremenda trayectoria, este disco es un juego de niños a lado de su último álbum o el anterior, acá la banda se puso más fashion y común, porque aunque tenga buenas canciones, el disco no encaja dentro del rotula Cryptopsy.
Aunque este disco me agrade por toneladas, y este siempre en mi celular para escucharlo manejando o cuando pueda llevar el reproductor de CD, tengo que reconocer que este disco de Cryptopsy no esta a la altura de discos pasados o modernos de la banda, porque, aunque la música haya sido mucho más técnica que en discos pasados. El alejamiento de ese sonido crudo de los 90s y hasta que volvieron a retomar en “Once Was Not” (2005), hacen de este disco uno muy regular. Donde detalle curioso es que este el último álbum con Mike DiSalvo, quien siempre estuvo inclinado a tener una voz hardcore, la cual desde “Whisper Supremacy” (1998) no encaja dentro de las altas dosis brutales y técnicas que la banda siempre tuvo. Porque, aunque haya habido bandas como Skinless o Pyrexia que ya usaban estas ideas en la guturaciones, lo que hacía diferentes a Cryptopsy del resto es la tecnicidad de sus cuerdas y la brutalidad descontrolada que Flo tiene en los parches, además que el jamás tuvo ese golpe groove que tienen las bandas mencionadas. Así que, aunque la música haya sido más limpia en su sonido y producción, este disco queda por debajo de su antecesor, porque en el anterior las cosas guardan todavía esa idea cruda y salvaje que eran los detalles personales de esta banda canadiense. Pero aun así canciones como “We Bleed”, “Voice of Unreason” o “Shroud” tienen ese sonido ensordecedor en la tarola que deja a muchos bateristas de triggers de estos tiempos en el excusado, porque esta es la manera de tocar sin ayuda tecnológica y tener martillos en vez de brazos.
“As Gomorrah Burns” de Cryptopsy no viene a cambiar las ruedas del tren en su música o dentro de su legado, pero si da hincapié a explorar más dentro de su discografía para encontrar discos que en su momento quizá no fueron entendidos y los consolida como una banda de recursos personales para seguir haciendo música Brutal, y el resultado de escarbar en su propio sonido es este excelente álbum de 33 minutos, porque se pasan volando y te dan ganas de volverlo a escuchar. Un sucesor de su legado y su homónimo de hace 11 años.
Un disco que fue compuesto completamente mientras que aún Lord Worm estaba en las voces, pero que como resultado final y de los problemas de garganta que tenía este señor, la banda decidió cambiar de vocalista a Mike DiSalvo, por eso los esquemas de guitarra y brutalidad son los clásicos desmedidos que tenía Crytopsy, porque era un disco pensado para otro vocalista. Pero gracias a que Flo Mounier pudo hacer las voces más raspadas de soporte, este disco tuvo más sustento en comparación de su “And Then You'll Beg” (2000). Entonces, todo a nivel musical se entiende de maravilla y la idea bruta descontrolada de los canadienses es como se conoce, y el único detalle hardcore que es chocante es la guturación, pero como lo dije, Cryptopsy pudo encontrar la evolución de su música sabiamente y decir que este álbum mantendría esa brutalidad descontrolada como en “Loathe” o “White Worms”, siendo esta última que tiene muchos riffs similares al “None So Vile” (1996), y curiosamente encajan muy bien con la guturación hardcore. Y claro, es acá la banda que en canciones como “Cold Hate, Warm Blood” añaden detalles arpegiados con grandes pares, y que te saca de tus casillas cuando los escuchas.
Gracias a que “The Unspoken King” (2008) tuvo pésimas ventas en el mundo y le dieron con palo a ese disco. Century Media los dejo ir con el legado que tiene la banda, porque como se sabe, a ellos les importa este aspecto de ventas. Entonces, el futuro de la banda fue incierto después de ese disco, porque se retiró Alex Auburn y Éric Langlois, genios que mantuvieron el sonido de Cryptopsy hasta su álbum del 2005. Entonces, solo se quedaron Matt McGachy y Flo Mounier como los últimos bastiones de la banda que mantuvieran el sonido de la banda ante viento marea. Así que fueron años que no se sabia que iba a pasar con la banda, pero luego de eso Jon Levasseur, guitarrista de los clásicos álbumes de Cryptopsy regresaría para formar parte una vez más de esta maquina abrumadora. Porque solo alguien de este nivel podía devolver la gloria a la banda después del fiasco del 2008, y devolverle a la banda ese sonido brutal y descontrolado que necesitaban. Siendo así que todo se mantuvo en silencio, y de un momento a otro, esta máquina canadiense presentó “Cryptopsy” completamente autofinanciado por la banda. El cual demostró el verdadero potencial de Matt McGachy, porque sus variedades cantando son increíbles en todas las canciones, donde canciones como “Two-Pound Torch”, “Damned Draft Dodgers” o “Red-Skinned Scapegoat” son impresionantes en todo sentido, con ese sonido brutal, descontrolado y bruto. Todo un tributo al nombre y legado de la banda hasta el día de hoy.
La primera que escuche “Once Was Not” (2005) quede completamente estupefacto por como la banda regreso a esa brutalidad descontrolada de sus dos primeros álbumes y mezclando detalles super técnicos de su época con DiSalvo. Y como la voz de Lord Worm te regresaba a esa época gloriosa de la banda, era como tener al Cryptopsy de vuelta, pero muchos más maduro, pero a pesar de haber tenido un gran impacto en mí, este disco tuvo ese peso soñado debido a la nostalgia que te producía volver a escuchar a Lord Worm en Cryptopsy, porque, aunque su voz no sea peculiar dentro del mundo extremo. Su manera de cantar como si un perro estaría ladrando, es atrayente. Además de que acá nuevamente el poder dominante de Alex Auburn en las guitarras es abrumador, lleva el concepto a otro nivel, con esa brutalidad descontrolada junto a la batería Flo Mounier sin tapujos, donde este baterista uso efectos de sintetizadores para golpes y cambios de tempo con metralletas, bombas y más que te destruyen los tímpanos, es un disco groso que era el siguiente paso de la banda y canciones como “In the Kingdom Where Everything Dies, the Sky Is Mortal”, “The Pestilence That Walketh in Darkness (Psalm 91:5-8)” (en el video se pone a predicar entregando gusanos antes de bautizarlos), “Adeste Infidelis” o “Keeping the Cadaver Dogs Busy” tiene la firma de la banda y te dejan balbuceando en alguna alcantarilla.
Un disco que fue el mejor punto de partida para una banda de muchos seguidores en el futuro, porque mientras que Suffocation, Pyrexia y Broken Hope (las primeras bandas de Brutal Death Metal del mundo), Cryptopsy sumaba su presencia a esta idea de hacer las cosas más técnicas y brutales, y como siempre Flo Mounier fue el mayor punto resaltable dentro de esta grabación, porque la banda llevó a otros universos el concepto de metal extremo y técnico. Cada canción es un trallazo completo y con la excelente fusión de personalidad y Death Metal. Entonces, ¿Por qué entra en segundo lugar?, pues la respuesta es simple, aunque se tenga un disco magnánimo y Lord Worm este en su mejor forma, el disco no tiene una producción buena y existe algunos detalles que salen a flote mientras más y más le das vueltas al disco, pero no detalles negativos, sino detalles de falta de tecnología. Porque la banda entrega un concepto claro de brutalidad, pero la tecnología no le ayudó mucho en su momento, pero igual, el disco que empieza con “Defenestration” y termina con “Pathological Frolic” es una pieza incalculable de influencias para bandas de Deathcore, symphonic Deathcore o esas bandas plásticas del mundo de hoy.
Y llegamos al final de la lista, y creo que esta vez si me inclinaré por un disco que es mencionado hasta en la sopa. Porque es de aquellos álbumes que pasan los años y se ponen mejores, y para 1996 fue un disco que no tuvo antecesores o copias, fue la máxima expresión de la banda hasta el momento. Donde todos los músicos coinciden, Lord Worm esta en su mejor forma, con muchos matices guturales, Jon Levasseur tiene un alto nivel de complejidad en las cuerdas, Éric Langlois entra a la banda en este álbum y le da presencia al bajo, haciéndolo más técnico y con esas chispas jazzeras en el sonido que dejaron un legado dentro de todas las bandas de Canadá. No existe ninguna banda canadiense de Technical Death Metal o Progressive Death Metal que no tengan influencia de este disco y esta banda, así de sencillo. Porque estamos hablando de un disco pináculo en el metal extremo, e inclusive muchas bandas rusas escucharon este disco al pie de la letra y crearon sus nuevos proyectos para hacer Brutal Death Metal. Todo es impresionante desde que empiezas con “Crown of Horns” y terminas con “Orgiastic Disembowelment”. Sin olvidar que Flo Mounier esta enchufado a nivel 1000%, porque todo es inigualable. Un disco que hasta el día de hoy no tiene contendientes en Brutalidad, rapidez, frenetismos y tecnicismo.