Con todas estas ideas de regresos, reediciones y festivales en muchas partes del planeta. Coroner regresa al mundo, donde ellos son considerados una banda clásica, pero que siempre estuvo debajo del radar de aquellos que adoraban el Thrash Metal, porque todos querían escuchar a las bandas clásicas y a la ola de bandas del estilo. Entonces, con muchas presentaciones en vivo y reediciones de todos sus álbumes a través de Century Media, esta vez Metallerium presenta un nuevo ranking de álbumes por su inminente presentación en el México Metal Fest, donde añado, que es una discografía un poco complicada de selecciones, pero como siempre con una base objetiva se hará este nuevo ranking.
Cuando esperas que una banda cambie de sonido o se incline a lo que estaba pasando en el mundo dentro del metal y ese sonido groove Panteresco que estaba dominando el mundo, salieron bandas como Grip Inc, Machine Head y más que querían tener un poco de esa nueva adicción metalera. Los suecos de Coroner deciden con “Grin” (1993) dejar su tecnicismo y hasta sus ritmos progres, para tener una banda enfocada los nuevos rumbos que estaban tomando los 90s. Pero es lo que pasa dentro de toda banda que te voló el cerebro con sus anteriores producciones, esperas una producción dentro de este tipo, pero al final la música toma un rumbo sencillo. Así como lo que paso con Mr. Bungle, en su última demostración regrabada, porque cuando dices mucho en discos pasadas, elevas la valla para otra producción al mismo nivel o mejor, pero cuando decides acoplarte a lo común o tradicional te sale el tiro por la culata y presentas un disco no acorde a tu discografía, y aunque este disco me haya costado semanas entenderlo en su momento, es inevitable no decir que este quinto álbum es el peor de toda la carrera de la banda, porque no se sabe a dónde querían ir y por presiones mediáticas, sellos y demás dejaron este disco y en el 1996 desarmar la banda.
Muchos dirán ¿Por qué este disco está en cuarto lugar?... Qué el primer álbum dentro de los 80s siempre es el mejor y más cosas que estuve recorriendo en muchos análisis y opiniones de los fanáticos, además de la nostalgia que conlleva escuchar a una banda en su momento o disco determinado. Pero, aunque este disco me agrade por montones y lo sepa de memoria, tengo que decir que este disco entra en 4to lugar, por el hecho de que la producción en estudio no es la adecuada, existe mucha saturación y revientan las bocinas aún estes escuchando a bajo volumen, luego como músicos recién estaban despertando a nivel general con su talento y tenían mucho de Megadeth, Metallica, etc a grandes rasgos. Entonces, todavía no existía esa personalidad por la cual estaba banda hoy en día es importante, y aunque el disco sea genial con canciones como “Reborn Through Hate”, “When Angels Die”, “Suicide Command” y más. Este mismo tiene mucho sabor estadounidense y no tiene ese sabor suizo que los hizo grandes al día de hoy, y obvio que la caratula era de aquellas que no decían nada en un concepto general del álbum. Entonces, como siempre me distingue por no tener apego a la nostalgia y tratar de ser lo más objetivo posible, este disco entra en el 4to de esta lista de lo mejor, aunque me tiren botellas, envíen correos diciendo que me retire de este tema, y más cosas. Pero eso no me impide a que mi experiencia y los años dentro del metal, tengan sus frutos para la nueva generación (35 años para abajo) que muchas veces esta mal direccionada, pensando en que lo primero siempre es bueno.
Después de dejar sus raíces e influencias de otras bandas, los suizos encuentran su camino en seco con su segunda producción, manteniendo en todo sentido lo que ya se mostraba a grandes rasgos en “R.I.P.” (1987). Pero ahora ya estaban muy experimentados, y desde acá su nivel técnico estaba formándose, y quienes creen que bandas como Megadeth podían ser los más complicados dentro del Thrash Metal de los 80s, pues este disco se barrió en todo sentido con el tecnicismo de aquellos años, porque no tiene otro igual en su momento, ni el “Forbidden Evil” (1988) de Forbidden llega a este nivel. Entonces, lo interesan de este disco es como encuentran ese balance entre lo clásico y lo final del Thrash Metal con una matriz personal que contenia mucho progresismo y tecnicismo que era una envidia para muchos, y es acá donde la banda en muchas canciones coloca efectos jazzeros y un bajo de bastantes slaps al mismo estilo de muchas bandas Funk desde los 60s. Sin olvidar esos enfoques de distintos efectos y arpegios que se creaban como en “Masked Jackal” que le daban esa personalidad tranquila y de bastantes tecnicismos en un mundo.
Añado que en este disco el cover a Jimi Hendrix Experience, es uno de los más feos de la historia de covers de aquellos años, y no se porque esta banda con tremendas canciones y tremendas ideas, hizo dos covers y lo curioso es que ambos son horribles en su manera sonar Coroner. Lo cual demuestra que hay agrupaciones de músicos para hacer covers y bandas que hacen buenas producciones sin necesidad de covers y tienen mejor efectividad en su creatividad, porque este segundo álbum es todo un placer, y el cover, pues bueno, si eres desorejado te gustará.
Cuando llegó este disco a mis manos y le di muchas vueltas en mis semanas y adicciones musicales, entendí que la majestuosidad musical de su anterior “No More Color” (1989) estaba presente y los tres músicos habían llegado a un nivel técnico increíble, que ni la misma gente de Megadeth podía soñar. Y era increíble como la banda en 47 minutos dispersos en 8 canciones, podía producir esquemas tan complicados para inicios de los 90s, y hasta ese momento era la única banda en todo el mundo que tenía este nivel complejidad en sus cuerdas, riffs, tempos y más. Porque solo con la canción inicial como “Divine Step (Conspectu Mortis)” te dabas cuenta que lo progresivo, técnico y abusivo de escalas en segundos superaba a una escena estadounidense o alemana que estaba en caída con sus bandas icónicas. Pero lo curioso era que este disco frente a otros de la época pasaba desapercibidos y no tuvo ese impacto que debió tener para llamarse uno de los mejores discos de la historia del Thrash Metal, porque lo es. Pero muchos dirán porque está en este puesto, por el simple de que mientras avanzas en todo el álbum y te encuentras con “Semtex Revolution” (vaya que el nivel de experimentación es abusiva en esta), “Metamorphosis” o “About Life”, te encuentras con un Coroner inalcanzable técnicamente y como músicos, y dentro de ese aspecto algunas veces la música se siente fría y sin muchos sentimientos, por eso es que en unas entrevistas de la época cuando pasan a “Grin” (1993), ellos mismos se dan cuenta que la banda estaba en otro universo técnico inalcanzable y deciden pausarlo para tener mayores sentimientos y estar a la par con todo, y como siempre en esta banda al final, colocan una cover para el olvido.
Y llegamos al final de la lista, y aunque los nostálgicos digan que el primero o segundo debieron estar en lo mejor de la banda, porque estuve viendo muchas listas y muchas opiniones. La situación es como la dije, la nostalgia del fanático de más de 40 años (que están dentro de mi edad) que los escuchan en una época, se pone reacios a lo que paso después. O los nuevos mocosos de 30, 25 o menos que están mal direccionados pensando que todo tiempo pasado fue mejor, pues le diré algo. Se equivocan, porque la perfección a nivel tecnicismo, personalidad, producción en estudio y crear una base infinita de bandas que hoy en día copian su manera de tocar, pues comenzó en “No More Color” (1989). Un disco que lo tiene todo a nivel general, vida, originalidad, personalidad y por encima de todo, sin muchos detalles estadounidenses que se creían que solo Megadeth podía ser técnico o jazzero, o su orgullo de que lo mejor salío de allá. Pues se equivocan, es por este tipo de discos, que Mustaine y promoción tuvieron miedo del potencial de esta banda y de cómo Chuck de Death los menciono en muchas entrevistas como una banda que era más técnica que cualquier otra banda en el mundo, y desde que todo empieza con “Die by My Hand” y termina con “Last Entertainment”. Todo esta equilibrado, ganchos, partes mosheables, tecnicismos necesarios y geniales, progresismos superiores a muchas bandas de la época. Y lo más importante de todo, sin un cover feo que malogrará toda la genialidad del disco en poco más de 30 minutos intensos de corazón personal. No existe tema malo en este disco, y si lo encuentras, pues te diré que anda escuchar bachatas, porque el metal no es lo tuyo.