Bogotá y el Death Metal, con todos sus subgéneros, tienen una relación especial; y no hay evidencia más grande que la asistencia a Unmerciful en Bogotá; y más aún escribo esto sabiendo que en un par de horas estaré en camino al Bogotá Metal Fest, para ver a nada más que a los aplastantes Suffocation y los legendarios Incantation y el excelente cartel de bandas nacionales que les abren.
De nuevo la cita fue programada en el Ace of Spades, casa actual de todo lo extremo en la ciudad, bajo la bonita organización de Relevent Shows; una de las agencias recientes con mayor cantidad de eventos a cargo de lo va del 2022. Para este festival fueron un total de 6 agrupaciones en el marco de un festival que salió adelante (y con ventaja) después de que los canadienses de Archspire decidiera cancelar la gira completa para dedicarse a la composición y grabación de su nuevo álbum, motivo sin razón hasta el día de hoy y que como medio latino no apoyamos a esa banda.
Asistencia confirmada 100% para Unmerciful, quien se llevó los honores de la noche, pese a las tardanzas dadas en lo corrido del evento, pero que al final no afectaron su presentación, porque fue un concierto absolutamente lleno de energía pese también a las horas de vuelo. Los estadounidenses compartieron tarima con 5 agrupaciones nacionales: Krikalev’s Flight, Suppuration y Amputated Genitals, de la ciudad de Bogotá; cuota paisa para este evento: Anacryptic y los pereiranos Scotfield Nakamura.
Empezar diciendo que la presentación de las agrupaciones fue impecable, es corto al lado de su enorme profesionalismo y su gran calidad interpretativa, sin embargo, opacadas un poco por temas de sonido, sobre las que en algunas contadas ocasiones la voz no era audible o en la que los músicos finalizadas sus interpretaciones solicitaban retornos; decir también que el metal debe sonar fuerte, debe aplastar; pero ante agrupaciones tan técnicas el volumen puede jugar a favor o en contra: Si el volumen de los equipos está demasiado alto, algunos detalles se escucharán mejor, pero otros se verán opacados y saturados, así como no sólo incomodar un poco a los asistentes (quienes inventaron sus tapones improvisados) sino también resaltar algunos errores en ejecución de los músicos.
Entender también que, aunque la organización fue excelente en atender las necesidades de los asistentes y las bandas, se debe seguir trabajando por conservar los horarios propuestos, más aún en épocas en las que hay conciertos cada tres días aproximadamente; entendible que sucedan eventualidades, pero ante estas eventualidades evaluar posibilidades para atender los horarios. Estas cosas pasan, organizar un evento es maratónico, pero sin duda atender un retraso resta un poco a la experiencia.
En tarima inició la agrupación groove de Krikalev’s Flight, en medio de un concierto de luces en rojos en contraste con sus imágenes en pantalla; un vocalista transformado en una calavera por su maquillaje y una gran puesta de las cuerdas caracterizaron el ingreso al concierto de quienes aunque expectantes de un espectáculo de Brutal Death, supieron recibir la propuesta; sin embargo queda sobre la mesa la discusión sobre la idoneidad de algunos géneros sobre otros durante la ejecución de los eventos. La agrupación por supuesto dio lo mejor de sí en escenario, su sonido, característico del metal moderno, se desenvolvió bien en tarima, aun haciendo uso de pistas introductorias y sonidos de varias atmósferas presentes en sus temas, pero no deja de ser inquietante un poco la disrupción entre su sonido y el de las próximas agrupaciones que continuarían en tarima minutos y horas más tarde interpretando Brutal Death Metal. Genial presentación, pero no puedo concluir que el público la hubiese disfrutado en general. Puede que no hubiese sido el espacio para los bogotanos, aunque un puntazo enorme en actitud por desenvolverse como lo hicieron ante un público tan complejo.
Turno para las agrupaciones foráneas: enorme concierto de los ultra-técnicos Anacryptic; cuerdas protagonistas durante todo su presentación y gran capacidad vocal de Sergio, interpretando desde sus primeros momentos en tarima gruñidos pig squeal de potentísimas duraciones, y sin duda el recibimiento de Tutto (Diego Guerrero), vocalista de los bogotanos Ripping Flesh, como voz invitada dentro de su concierto, fue uno de los momentos más memorables de la noche.
Turno tercero en el festival para los pereiranos Scotfield Nakamura: 10 años de experiencia en tarima devastando el Ace of Spades con los primeros moshpits (que a partir de este momento fueron permanentes durante toda la noche). Presentación de 40 minutos en los que el público estuvo en constante movimiento causado por la misma energía de la banda y de detalle imperdible de la agrupación: Su gran cantidad de equipos, gala de su inversión en apostarle a un sonido colmado de desesperación y potencia. Demencia absoluta por parte de la agrupación y percusiones muy cercanas al “Core”, equilibradas con momentos de Slam bastante “bailables” para muchos de los asistentes que vieron en Scotfield Nakamura la excusa para romper el suelo de la sala.
Gran expectativa de los bogotanos Suppuration y Amputated Genitals, de quienes muy respetuosamente hablaré a la par, no sólo por compartir el mismo género interpretativo, Brutal Death Metal, sino por ser bandas hermanas en sus estilos, líricas, y por supuesto, músicos en tarima: Mismo punch de parte de su baterista, Beto Martínez, quien en esta oportunidad estuvo compartiendo mismo estilo en cuerdas de parte de Julián Suarez, siendo vocalista y guitarrista de una bellísima Ibanez 7 cuerdas con Suppuration y participando en esta oportunidad como bajista de Amputated Genitals, y por supuesto, jactarse de la esperada presencia de Daniel Paz dentro de las guitarras de Amputated Genitals como uno de los integrantes fundadores de la agrupación próxima a cumplir 20 años dentro de la escena nacional.
Brutal Death Metal dentro de todo lo esperado en el género, fuerte, potente, sin pausas. Temas de 3:30 minutos arrastrando al público a un bello giro de violencia y alcohol en el mosh; apenas introductorio a la destrucción de Unmerciful.
Unmerciful, orgánico y under se adueñó del escenario a la 1:50 a.m., de la mano de un joven, pero insano y mordaz Joshua Riley. Unmerciful, cabeza de cartel, que, aunque un poco tarde frente a la hora prometida, y aún frente a un público ya agotado, supieron de nuevo ganar la energía del público desde la ejecución de The Incineration, y de nuevo retomaron el ánimo asesino de los asistentes que continuaron rompiendo el suelo a su paso frente a los americanos.
Lamentar un poco algunas fallas en su sonido, producto también del volumen, pero reconocer que frente al agotamiento y los percances que hubiesen sufrido en su trayecto a Latinoamérica camino al que fue su primer concierto en el cono, ganaron el pleno reconocimiento de uno de los públicos más extremos del extremo sur: el colombiano; reconocer que los asistentes guardaron su espera inclusive aún frente a la instalación de sus equipos.
Agrupaciones bestiales frente a la introducción de un fin de semana que promete ser delicia del público brutalero colombiano, teniendo en un espacio de menos de 24 horas, a Unmerciful, Suffocation e Incantation, y por supuesto, los bestiales conciertos de apertura de quienes continúan haciendo las glorias de que Colombia, ha sido, es y será, potencia Metalera.
Crónica realizada por: Nigrvm