21 de Abril de 2000 | |
Reino Unido | |
Insideout Music | |
Progressive Rock |
“The Zealot Gene” (2022) de Jethro Tull me dejo un sabor de boca muy bueno el año pasado, porque cumplía las facetas enteras de la banda y apilaba algunas nuevas ideas a su música, que, aunque parezca mentira, pueden seguir creciendo con el tiempo mientras se escucha una y otra vez. Entonces, estos ingleses siempre fueron una maquina imparable de rock progresivo desde sus inicios en 1967, por lo que, cada disco siempre tiene nuevos detalles a tomar cuenta, aun así, su fórmula de flauta y la voz de Ian Anderson sean hoy en día las principales características que tiene los británicos. Entonces, ¿“RökFlöte” será un disco deacuerdo a su inmensa trayectoria?... Pues veamos.
Comenzaré diciendo para quienes se centran en decir que los tomo por sorpresa un nuevo disco de la banda, o que es muy poco tiempo entre álbumes o esos detalles de recién estar comenzando a escribir de una banda con dos discos o tres porque les encomendaron escribir sobre la banda. Pues les diré que no es la primera vez que Jethro Tull hace esto, porque desde “This Was” (1968), ellos editaron álbumes anualmente hasta “A” (1980), ósea dos álbumes de manera seguida, es normal en su manera de hacer las cosas desde siempre, porque es una banda que tiene mucha inspiración, además de que el motor principal de la banda sigue como principal compositor de la banda durante más de 50 años o hasta casi 60 años de existencia. Por eso, en esta ocasión para “RökFlöte”, la idea lirica y en la cual se basa este disco tiene como principal concepto la sangre y su ascendencia dentro de sus raíces, debido al nombre de Anderson, porque es un apellido muy utilizado en países escandinavos, bálticos o hasta de tiempos neolíticos. Por eso se enfoca en la idea de regresar en el tiempo y comenzar a crear un sinfín de hipótesis de cómo pudo ser su línea familiar o la tribu de la cual proviene, siendo ahí que entra la portada y su concepto de un pequeño demonio tocando la flauta y de color rojo que determina su existencia en este mundo tal y como se conoce. Entonces, como nos tiene acostumbrados Ian, un disco altamente nutrido a nivel de sus letras, por lo que desde ese punto no existe pierde si quieres adentrarte en todo lo que las versiones físicas traerán en LP o CD.
En lo que respecta a la música desde que todo empieza con “Voluspo” y termina con “Ithavoll”, existen grandes cambios musicales a nivel compositivo con su anterior disco, porque mientras que su álbum número 22 tenía algunas ideas más avezadas y algunos cambios más agresivos con narraciones de por medio en muchas de las canciones, esta vez Jethro Tull se enfoca en tener un concepto progresivo y parsimonioso dentro de los 48 minutos de duración. Donde el aspecto oscuro que tuvo en su disco previo desaparece, pero sigue manteniendo su detalle celta en canciones como “Trickster (And The Mistletoe)”, haciendo de este disco a nivel general un disco mucho más vivo y de colores radiantes en todo el disco, o bien se puede decir un concepto iridiscente, donde la oscuridad dejo su música y podemos ponernos a celebrar una nueva era en el mundo. Las partes progresivas quedan un poco replegadas y se mantiene una idea más rock a nivel general para crear nuevos conceptos relajantes, pasivos y de completo laxante espiritual de cualquier día estresando en el trabajo, la familia, la vida social, etc.
Así que musicalmente no puedo destacar una canción sobre otra en este “RökFlöte” de Jethro Tull, porque el concepto es compacto como álbum, la felicidad es rebosante y las alegrías después de las tristezas son su primer elemento nutritivo para que los oídos se regocijen en ese placer de todas sus eras en su música, las cuales esta vez tienen como principal satisfacción entrar a un mundo musical fulgurante y vibrante, donde la tierra de los británicos dio un giro de 365 días para encontrar la luz.
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