01 de Julio del 2022 | |
Estados Unidos | |
InsideOut Music | |
Progressive Metal, Progressive Rock |
Dedicarle un párrafo o dos a la biografía de Derek Sherinian es algo que de verdad no tiene sentido de hacer, porque es un nombre importante dentro del ambiente progresivo sea rock o metal, ya que estuvo con grandes bandas y sigue tocando con muchos músicos reconocidos dentro de la escena progresiva mundial. Además, que es un señor bastante ocupado dentro del ambiente musical y siempre esta en continua creación y producción de nuevos proyectos y álbumes, por ello, hacer eso de que a donde o quien toco, o si estuvo mal de la barriga en el 2003 y de ahí saco un álbum X, pues no viene al caso, porque no saber su nombre dentro del mundo progresivo, es como decir que recién ayer comenzaste a escuchar el estilo. Entonces, esta crítica solo enfocará en lo que pasa en este noveno álbum en estudio llamado “Vortex”. ¿El cual será lo que todos conocemos de este señor o se irá a otros ambientes?... Pues veamos.
“The Phoenix” (2020) de Derek Sherinian me dejo un excelente sabor de boca después de 42 minutos y muchas horas en el reproductor, donde el músico se fue por ambientes conocidos y otros que poco comienzan a tener mayor curiosidad para siguientes producciones, siendo ahí que una vez abierta la curiosidad es que se tiene este “Vortex”, con aquellos detalles de antecesor y al mismo tiempo te brinda esos aspectos jazz, blues y progresivos con sus guitarras y teclados que son parte de sus influencias de toda la vida, obvio existen momento como en “Fire Horse” que colindan con lados rock and roll y funky para desembocar en su lado metalero. O sino tener la misteriosa y jazz de salón como “Scorpion”, la cual es una clara muestra de su curiosidad musical, porque existen breves momentos bossanova que le dan ese sabor latino en medio de una enmarañada versión caótica de teclados disonantes que terminan en los ritmos iniciales de su jazz avezado que tiene este señor en la cabeza, y obvio ese lado progresivo metalero y oscuro es lo domina todo la canción, porque el bajo de Tony Franklin es simplemente fuera de este mundo, porque usa aquellos slaps con dedo metálica para darle una disonancia agresiva.
Otras canciones como “Seven Seas”, "Aurora Australis" y “Die Kobra” son mayormente inclinadas para su lado metalero en la música, especialmente por estar de invitados Bumblefoot, Michael Schenker y Zakk Wylde, pero las transiciones de estilos musicales son más allá de este mundo, y ver como las cabezas de Derek y Simon Phillips al momento de hacer estas composiciones le dieron mayores enfoques oscuros y duros a su música para crear ese ambiente dubitativo de hacía donde pueden ir las sensaciones de la banda. De ahí canciones como “Key Lime Blues” y que Joe Bonamassa no le coloque su toque blues callejero, pues creo que no se vería de otra manera, con ese ambiente “we are on the streets”, siempre dando ese vaivén de pisar lo blues, pop y notas rock and roll que ya se mezclan con todo el mundo de Derek y Simon, y obvio por ahí esa sensación Joe Satriani-esca es evidente, pero en el buen modo. Por ello, todo el álbum es una gran dosis de estilos que siempre están en su cabeza de Derek y Simon, quienes llevan trabajando desde el 2001 en su disco “Inertia”. Donde, anteriormente Derek estaba al 100% dentro de las composiciones y que estaba tenga a Simon en ese sentido, pues ayuda bastante a darle mayores enfoques dentro de la música.
“Vortex” de Derek Sherinian prueba con la formula de mezclar en algunos instantes las composiciones de Simon, y el resultado de esta fusión es un disco mucho más nutrido y que deja por muchos sentidos a “The Phoenix” (2020). Además de mencionar que al tener la pandemia encima de nosotros, ayudo bastante a que este disco tenga esa cantidad de dosis metaleras, rock, blues, jazz y otros más que demuestran que su música puede seguir desarrollando en más y más contextos, porque existe curiosidad de ver hacía donde más puede ir esta música, y en lo personal eso me intriga mucho.
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