20 de Diciembre del 2022 | |
Ucrania | |
Xtreem Music |
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Brutal Death Metal |
Fleshgore es de aquellas bandas que me gustaron solo por su nombre a inicios de los 2000s, y recuerdo que llegó a mis manos su EP “Interuterine Dilemms” (2002). Presentando Brutal Death Metal de muy buen nivel, pero no sabia su procedencia aquellos años, así que durante algunos años les perdí el rastro y recién pude encontrarlos nuevamente con su segundo álbum “May God Strike Me Dead” (2006). El cual fue un disco directo y brutal, y ya venían con la etiqueta de que eran ucranianos, así que me intereso un poco más y les seguí el camino por sus diferentes cambios de sonidos y estilos hasta llegar a este último disco “Carnival of Flesh”. Presentando esa matriz Brutal Death Metal de muchas dosis groove e influenciados por bandas como Skinless, Dehumanized, Pyrexia, etc. ¿Tendremos otra vez un disco contundente? Pues veamos.
Así como el nombre siempre fue de mi atención y gusto, la música de Fleshgore tiene ese sabor groove adictivo que te motiva a seguir escuchando más de ellos. Y siento que después de 20 años de haberlos escuchado por primera vez, su música tiene los mismos ganchos y brutalidad directa la medula. Y que los cambios de sonido y estilos en contadas apariciones, les ayudo a solidificar su música de una manera contundente, porque no es una banda que te va a decir “Hey... Somos los nuevos Archspire”, pues no, es música que tiene ese sabor groove de fines de los 90s que te enamoro de la escena estadounidense en todas sus expresiones, porque te da en la brutalidad del estilo y al mismo tiempo te motiva a armar un pogo descontrolado donde te encuentres. Así que este “Carnival of Flesh” sigue ese precepto de groove-siarte tus oídos y colocarte brutalidad directa a la medula sin complicaciones. Siendo de aquellas bandas que con un nombre super original (porque no hay otra banda con este nombre), te dan lo que esperas del Brutal Death Metal de una de las vertientes más populares en el mundo, y que se asentó muy bien en Rusia, Ucrania y otros países más de la ex Unión Soviética.
Desde que todo empieza con “Distorted Lights” y termina con “Ad Astra”, la música te presenta 38 minutos influenciados claramente por Skinless, donde el sonido de la tarola tiene ese elemento latoso y agudo que hoy en día ya es parte de su estilo a nivel general o de este genero musical. Luego una voz un poco más hardcore, pero con ese sabor deather e internas que esperas de la música, luego los niveles de tecnicismo se presentan en cambios de tempos o partes donde las escalas en las guitarras están manera innata y te mandan a las partes más complicadas de su música, pero no son difíciles de entender, porque esa es la maravilla de Fleshgore. Te da cosas complicadas, pero con un manejo sencillo auditivo, y que se entiendan a nivel general. Entonces, los trabajos en guitarra de Igor Lystopad y Sad, son exactos y tienen una química tremenda desde los 2000s y pasan por muchos estilos, porque hasta ritmos grindcore podrás encontrar en los 38 minutos. Luego el bajo de Ruslan Drozd es realmente destacable, porque le da algunas dosis más técnicas debido a su ejecución, pero lo más destacable de todo el disco es el trabajo de Eduard Litvyakov en los parches, porque el es el encargado real de darle todos los cambios de notas y tempos, un realce increíble, y es lo que se espera dentro de un disco de muchos sabores groove. Porque dentro de blast beats y con bastante percepción, el doble pedal hace un juego tremendo de un pie y dos, siendo lo más destacado de todo el disco. Sin olvidar el juego inmenso de platillos, porque usa recursos conocidos, pero esta vez planteados y distribuidos de una manera genial.
“Carnival of Flesh” de Fleshgore te deja un excelente sabor de oídos, porque al terminar de escuchar los 38 minutos, el cuerpo termina pidiéndote más de este disco, que por mi manera sentirlo, queda corto. Porque este disco estaba para unos 40 a 45 minutos de duración, y el disco no bajaba de juegos, cambios, brutalidad y sabor groove que es refrescante dentro de tanta maquinaria hecha música sin sentimiento. Brutal Death Metal de corazón y con esa idea real, técnica y sin tapujos.
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