22 de Setiemnre del 2002 | |
Noruega | |
My Kingdom Music | |
Doom Metal, Gothic |
01. My Angel
02. Mad Man
03. Eternity (Drums of Death)
04. Intro
05. Fire Eye (Kill You)
06. Love Letter
07. Frozen (2002)
08. My Angel (Signal Krem Mix)
09. The Soul Is in the Dark Side (Pt. 1)
10. The Soul Is in the Dark Side (Pt. 2)
11. Outro
Nuevamente regresamos a los detalles de los recuerdos, y como siempre en las páginas de la web tenemos muchas cosas que recordar y como casi siempre tomamos los años perdidos dentro del metal como se le conocía debido a los pantallazos de New Metal o eso era lo que le decían metal aquellos años, porque hasta los mismos músicos de esas bandas negaron esa idea, y se ven inmersas en ideas más alternativas, pero la prensa le puso esa etiqueta. Entonces, alejándonos de esa masa “creada”, pues hubo muchos otros movimientos dentro del metal que estaba aflorando dentro del mundo y, por ende, My Kingdom Music supo aprovechar esta idea, porque apareció en el mundo cuando ese sonido doomer, gótico y de muchas texturas comenzaron a salir en el mundo, y se produjo discazos de bandas como Klimt 1918, Rain Paint, Room with a View, ThanatoSchizo, Deinonychus y por supuesto los mencionados en esta critica que son los noruegos de Crowhead y este tremendo álbum “Frozen” (2002).
Dentro de esta aparición de nuevas bandas en esos años, Crowhead tuvo pocas probabilidades de continuar en el mundo con este tremendo “Frozen” (2002), debido a que desde los 2000s bandas como Swallow The Sun, Mar De Grises, Green Carnation, Klimt 1918, Virgin Black, Agalloch, Rapture y muchas más que ahora son leyendas en el estilo opacaron a este disco, y la competencia fue inmensa a nivel mundial, porque emergieron de todo el mundo con estas ideas doomers, goticas y algunas ideas industriales de por medio, donde sellos como The End Records, My Kingdom Music, Firebox Records, Avantgard Music y unos cuantos sellos más comenzaron a abarrotar todo este universo de bastante lanzamiento (obvio no comparados con estos años), pero era complicado seguir el paso a nivel general a todos los sellos y con una versión de internet en pañales que no mostraba gran avance. Así que aún tenías que esperas aun meses para escuchar algo, y las revistas que sobrevivían al tiempo seguían mostrando más lanzamientos, y gracias a una de ellas es que conocida toda la gama de discos que edito My Kingdom Music, con el cual pude acceder a los digipacks de esos años de ese sello, y dentro de estos 5 álbumes estaba este “Frozen” (2002), cuando los promocionales físicos para medios estaban en su última era de distribución.
Desde que todo empieza con “My Angel” y termina con “Outro”, la magia de la banda es tremenda, partes limpias, no voces guturales (salvo en “Fire Eye (Kill You)”), pero con esa capa influenciada de Paradise Lost en el “Once Second” (1997), pero al mismo tiempo colocando detalles más dark e inclusive con lados industriales. Donde la idea gótica esta de fondo y obvio influenciado por Type o Negative. Ósea, un placer de mixtura, porque hay mucho por investigar, y el disco dentro de sus 56 avanza y avanza con más sensaciones creándote esa idea medio Popper a ratos que tiene mucha influencia de The Cure e inclusive con detalles de U2, pero no desde el lado sonsonazo de las bandas depressive black metal de ahora, que sufren por no tener un PS5 o porque sus enamoradas no les dieron un besito en la mejilla, esas clases de sonseras no. Esto iba a más allá de sensaciones banales, y te presentaba una tremenda amalgama de idea rock, pop y metal, pero balanceadas que te dan en el concepto de seguir y seguir cantando todo el disco; donde los pasajes sinfónicos son tremendos a nivel general, pero no con la idea pomposa, sino como un espectro oscuro tortuoso que se forma dentro de la concepción de canciones como “Love Letter”.
“Frozen” (2002) de Crowhead es un disco básico para quienes buscaban un poco más de ideas explorativas dentro de lo doomer, gothic y con chispas de muchos otros estilos, que le dieron la magia necesaria para sobrevivir en el tiempo. Y si no lo vieron en su momento, pues es el momento, porque es un disco que vale la pena volver en el tiempo para escucharlo más de 10 veces, porque desde aquella vez que lo escuche en su momento, ahora sigue estando tan vigoro como esa primera vez hace más de 20 años. Un disco tremendo, como lo dice Hellbiter en sus críticas.