22 de Octubre de 2001 | |
Noruega | |
Candlelight Records | |
Symphonic Black Metal |
Creo que muchas veces vivir en un país donde el metal es el último recurso artístico de una sociedad, tiene sus ventajas, porque sientes que lo que encuentras debajo de cada piedra es una joya irrepetible en la historia del metal mundial. A ello, mencionar que cuando una banda como Emperor comienza a evolucionar dentro de cada álbum, y los que conocieron a la banda con sus dos primeros álbumes no llegan a escuchar lo que pasó después, es un punto a favor para personas como yo, porque lo hace aún más personal y sabes que si lo compartes con otras personas, dirán que no se parece al Emperor de 1993 o del 1994. Así que agradezco mucho a este tipo de coyuntura que siempre viví desde los 90s en mi país, porque gracias a lo cerrado y clasista de sus ideas, pude encontrar joyas que ellos desechaban a precios realmente baratos para mi moneda y que siguen desechados hasta el día de hoy. Así que “Prometheus - The Discipline of Fire and Demise” (2001) es de aquellos álbumes que ni por acá se menciona como influencia para estos años, pero de lo que abrieron más puertas, lo hicieron, así que vamos a hablar del futuro que vivimos dentro del Black Metal.
En muchos casos y por la edad de más de 40 años, es normal apegarse a las sensaciones y vivencias que uno tuvo durante épocas de descubrir música, a ello, las borracheras con amigos durante la juventud eran cosas que siempre se quedaban en la memoria, porque escuchabas cosas que ellos traían en cinta, CDs copias o lo que sea. Entonces, cuando hablas de “In the Nightside Eclipse” (1994) o “Anthems to the Welkin at Dusk” (1997), lo pelos y nostalgia se ponen de pie y muchos recuerdos aparecen en la mente, para decir, esto es lo que escuche cuando…. y más cosas. De ahí los años pasan y salen discos como “IX Equilibrium” (1999) y la vivencia se resiste a escuchar un nuevo cambio dentro de la banda, porque esperas que suene igual a cuando los escuchaste por primera vez. Siendo ahí que hacemos el hincapié de decir, el tercer álbum es mucho mejor que el segundo o hasta primero de los reyes del Black Metal, mucho más técnico y pisando sus primeras notas progresivas, pero sin dejar esa esencia Emperor que para los sordos nostálgicos no existe, pero lamento decirles que, si lo hay, y solo se ponen tapones en el oído y dicen que no hay.
Entonces, cuando sale “Prometheus - The Discipline of Fire and Demise” (2001), recuerdo que muchas personas aquellos años decían, eso ya no es Emperor, que perdieron la esencia, y que perdieron su camino; y que curiosamente después de ese álbum la banda se desunió por las mimas palabras de Ihsahn diciendo que un disco más, iba a llevar el sonido de la banda a otro estilo musical. Y quizá haya tenido razón en su momento si lo ponemos en el contexto “true 667 sordo metalero de hace más de 30 años” (risas), pero lo que en ese momento no se entendió era el nivel inmenso que ellos habían logrado hacer, porque era Black Metal de altas dosis personales y sin ningún tipo de reminiscencia o recuerdo del pasado, pero seguía teniendo el sonido de Emperor en todos los sentidos, pero colocando detalles mucho más técnicos y progresivos que una persona que quería escuchar la versión 1546 de “I Am the Black Wizards”, jamás lo iba a entender. Pero a quien carajos le interesaba la opinión de un cavernícola y su melena larga, porque este era el siguiente paso del Black Metal, y a más de 20 años de este disco, es increíble que más de mil bandas copien al pie de la letra toda esta idea progresiva y altamente técnica dentro del Black Metal, y ahora si se pueda de metal oscuro o verdadero.
Desde que todo empieza con “The Eruption” y termina con “Thorns on My Grave”, las partes técnicas y más dosificadas tienden a ser más progresivas, luego el disco tiene una idea de estar grabado con tres guitarras, ósea los armónicos de todas las canciones son inmensas, luego los teclados son una locura, porque se funcionan con sintetizadores de una manera impresionante. Donde recuerdo un comentario o crítica de este álbum diciendo que es la primera vez que ponen teclados o sintetizadores a su música, y obvio quien la escribió los descubrió un día antes de su existencia para decir tremenda necedad. Entonces, la capacidad extrema y ambición de Ihsahn por llevar por otros rumbos el Black Metal como lo tenía en mente, fue muy determinante para este disco, porque todas canciones tienen sus dosis oscuras, sinfónicos, su voz llega estar más pulida, y finalmente tener a un demonio detrás de los parches como lo es Trym, es tener un disco de lujo. Las variaciones rítmicas y gracias a las tres guitarras en estudio son impresionantes de escuchar, porque se podría decir que fue la primera banda en usar 3 guitarras dentro del Black Metal y en un disco, y que al mismo tiempo siga siendo agresivo como es su música, pues es un trabajo que solo los reyes son capaces de hacer.
“Prometheus - The Discipline of Fire and Demise” (2001) de Emperor es un disco adelantado 20 años en el tiempo, porque como lo dije, ahora casi la mayoría de discos Black Metal de nuestros tiempos beben directamente de este álbum y de su antecesor. Solo la gente terca y con tapones en el oído se lo perdieron, pero no interesa, porque es un disco de 51 minutos de muchos cambios y estaciones musicales que no dejan de crecer con cada escuchada y se impone como ellos siempre lo hicieron, y sino me crees escucha “In the Wordless Chamber” o “Grey” por más de dos horas, y encontrarás hasta detalles disonantes que las bandas de hoy usan como principal recurso para decirle loco a su música. Un disco icónico hoy en día.